EN BOLIVIA


LA TRATA Y TRÁFICO DE PERSONAS, “NUEVA ESCLAVITUD DE SIGLO XXI”


En el marco del Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición, miles de familiares de personas desaparecidas y víctimas de trata se movilizaron.
En el marco del Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición, los familiares de personas desaparecidas y víctimas de trata y tráfico calificaron a estos delitos como “la esclavitud del siglo XXI”.

“El delito de trata y tráfico de personas, así como la desaparición de niños y niñas, es la esclavitud del siglo XXI”, manifestó la madre de la joven desaparecida Sarlet Clavijo, Marcela Martínez. 

Con esa convicción, Marcela y miles de familiares de personas desaparecidas y víctimas de trata  y tráfico realizaron ayer por la noche una multitudinaria movilización realizada de forma simultánea en los departamentos de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz.

“Éste es un movimiento contra el crimen, contra la delincuencia y  la inseguridad ciudadana”, expresó Martínez a Cambio antes de dar a conocer que la movilización fue organizada en conmemoración del día recordado a nivel internacional. 

La Conferencia General de la Unesco proclamó el 23 de agosto de cada año Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición. La fecha conmemora el inicio de la Revolución Haitiana en 1791, que culminó con la independencia del país caribeño.

Por su parte, el defensor del pueblo de la ciudad de El Alto, José Luis Hidalgo, señaló que en la actualidad la esclavitud ya no se da de la misma forma que en la antigüedad; pues “los tratantes de hoy no necesitan cadenas como en el pasado, sino que tienen otros mecanismos de sometimiento”. 

Sostuvo que estos mecanismos se expresan por medio de amenazas tales como detención de documentos, represalias que vayan en contra de la familia de la víctima o la exhibición de fotos que dañen su integridad física y emocional. 

Señaló asimismo que los tratantes utilizan diversas estrategias para captar a sus víctimas. El anzuelo más común es la oferta de jugosos sueldos en el extranjero. 

“Las víctimas caen en esta trampa pensando que estas ofertas laborales se constituyen para ellas en una oportunidad; pero no ven los riesgos a los que se someten al aceptar estas ofertas”, indicó Hidalgo luego de mencionar que con este argumento se logra captar gran cantidad de menores de edad. 

Comentó que además de los niños, niñas, adolescentes y mujeres, las poblaciones con bajos recursos económicos son las más vulnerables en caer en manos de delincuentes. Lamentó que algunos padres de familia, por falta de dinero, dan su consentimiento para que sus hijos vayan a trabajar fuera del país. 

“Hay casos muy dramáticos de personas que tuvimos que atender”, comentó Hidalgo, y narró algunos testimonios de menores que fueron rescatados gracias a un operativo realizado en coordinación con el Consulado boliviano en Argentina.

Ante este panorama, el Defensor del Pueblo recomendó: “No se dejen sorprender con ofertas de trabajo tentadoras que no muestran transparencia”. Aseguró que con este modus operandi muchos  menores hoy son explotados laboralmente o utilizados para el tráfico de órganos. 

El delito en cifras

La División de Trata y Tráfico de Seres Humanos, de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), reveló que se registraron 180 personas desaparecidas hasta el mes de mayo de la presente gestión.

De acuerdo con los datos brindados por gentileza del Observatorio de Trata y Tráfico de Personas y el Centro de Capacitación y Servicio para la Mujer (Cecasem), del total de personas desaparecidas 99 víctimas son de sexo femenino y 81 de sexo masculino. 

Según el registro estadístico de la FELCC, se logró dar con el paradero de 93 de ellas; en tanto que 87 personas continúan desaparecidas.

Por su parte, la presidenta de la Cámara de Diputados, Rebeca Delgado, dio a conocer que, de acuerdo con el registro de la División de Trata y Tráfico de Seres Humanos de la FELCC, entre 2008 y 2011, se registraron 1.237 casos de trata y tráfico a nivel nacional.

“Lo preocupante de esta situación es que la mayoría de las víctimas son niños, niñas, adolescentes y mujeres”, expresó Delgado. Dijo que la Ley Integral Contra la Trata y Tráfico de Personas, Nº 263, pretende castigar con rigurosidad a los tratantes.

En esa línea, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa, diputado Lucio Marca, sostuvo que a partir de la promulgación de esta norma se inició una etapa de transición y construcción de normas que contribuirán a luchar contra este delito. 

Finalmente, Martínez dio a conocer que hoy presentarán una carta al presidente Evo Morales con los puntos específicos que quieren que se tome en cuenta para la elaboración del reglamento de la Ley 263. 


DATOS

• El informe de la OEA (2010) concluye que los países con mayor incidencia en el delito de trata y tráfico de personas en América Latina son República Dominicana, Paraguay, Bolivia, Brasil y Argentina.

• El informe de la ONU revela que cada año entre 800 mil y dos millones de personas son víctimas del delito de trata y tráfico a nivel mundial.              

• La ONU da a conocer que este negocio mueve entre 8 y 10 mil millones de dólares anualmente.

• Unicef estima que a nivel mundial alrededor de 12 millones de personas se encuentran en condiciones de trabajo forzoso, de explotación sexual. Calcula que al menos 1,2 millones de niños y niñas son víctimas de este delito en todo el mundo.


Testimonios

Nilda L. (14 años).

Víctima de explotación laboral

Me ofrecieron un buen sueldo para ir a trabajar a Argentina, y acepté porque no teníamos dinero en mi casa. Mi mamá me dijo que aceptara el trabajo pues ya no tenía plata para que yo siguiera estudiando. Así comencé a trabajar en un taller de costura.


María N. (14 años)

Víctima de explotación laboral

Me mandaron a trabajar en una tienda en Argentina. Trabajaba 16 horas diarias: en la mañana desde las 6.00 hasta las 13.00; y en la tarde desde las 14.00 hasta las 23.00. Hacía de todo: vendía ropa, la acomodaba, limpiaba los pisos, incluso me hacían cocinar.

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